Los retos de la educación no formal de la ciencia

Por Gerald Salazar y Kelly Vega.

Entrevista a la Dra. María Del Carmen Sánchez Mora, bióloga y especialista en divulgación de la ciencia a través de exhibiciones de museo y la investigación educativa en educación no formal. Pertenece a la Dirección General de Divulgación Científica.


Nuevas generaciones de jóvenes científicos se lanzan a divulgar ciencia a través de diferentes iniciativas. En esta entrevista la Dra. María del Carmen Sánchez nos comenta a través de su experiencia que es la educación no formal de la ciencia y los retos que los nuevos divulgadores deben afrontar.

¿Qué es la cultura científica?

La cultura científica es la capacidad de usar el conocimiento científico para resolver problemas. Tiene tres componentes: El primero es manejar conceptos básicos, el segundo es tener una  idea de cómo proceder en la ciencia, esto significa entender que parte de la cultura científica es la naturaleza de la ciencia, la cual no tiene verdades tajantes, está hecha por humanos que van comprobando sus hipótesis, pero estas no son definitivas. Y la tercera es tener una actitud de aceptación hacia la ciencia, es decir que los receptores entiendan que la ciencia no les va a hacer daño.

La idea es hacer llegar la ciencia a quien no está en las carreras científicas técnicas, y al público en general. El periodismo científico es una rama dentro de la ciencia, que se basa principalmente en comunicar la ciencia del día a día.  

¿Cómo fue su experiencia en la comunicación de la ciencia?

Me inicié de una manera un poco extraña, porque mi carrera paralela era la ilustración científica, antes de que existieran los medios electrónicos para hacerlo. Yo entré a ilustrar una revista de divulgación que editaba el doctor Luis Estrada, fundador de la divulgación de la ciencia en México. Me contrataron para ilustrar la revista, poco a poco me fui involucrando en otras áreas como los talleres de noticias y muchos otros medios. Cuando empezó el auge de los museos de ciencias, hacia fines de los 80, tuve mucho contacto con los museos y ese fue mi medio preferente de comunicación de la ciencia, donde me he desarrollado profesionalmente. Actualmente, he dejado de lado la ilustración porque los medios electrónicos me han hecho a un lado. Mi medio principal es hacer exhibiciones en museos, y sobretodo planear exhibiciones en su totalidad. 

¿Cómo se valora la divulgación científica en su institución?

Estamos dentro de una dirección general de divulgación de la ciencia. Somos aproximadamente 800 personas trabajando en esta área, la cual refleja su importancia. Fuera de la universidad, cada día tiene más auge. Tenemos la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Tecnología que se llama SOMEDICyT, y los diferentes estados de la República Mexicana tienen sus instancias de divulgación de la ciencia.

¿En México tienen uniformidad con las definiciones? 

Cada vez hay más tendencia a la unificación. La comunicación pública de la ciencia ha sido aceptada como actividad profesional dentro del CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología), esto ha hecho que se tenga más uniformidad en las definiciones. Hay bastante consenso. 

Uno de los términos que utiliza en su trabajo es la educación informal. Si nos podría comentar un poco más sobre eso, y cómo se ha aplicado en México.

Me pusieron a cargo del departamento de educación no formal. La educación no formal es igual que la educación formal. La diferencia es que en la educación no formal no se pide un comprobante oficial o respaldado por la institución, un ejemplo de esto son los institutos de idiomas. Tu gobierno para certificarte no necesariamente te pide que estés certificado en ese idioma, es decir no está dentro del ámbito obligatorio. En cambio la educación informal es la que tienes cuando vas a un museo, a un jardín botánico, a un acuario, y aprendes cosas. Esta educación informal depende de tus intereses, tus antecedentes, lo que conoces del tema, lo que hayas estudiado o leído previamente del tema. Por lo tanto la educación informal, y particularmente en ciencias, es un proceso absolutamente individual. A una persona le puede interesar mucho un tema en particular, puede saber tanto como un experto pero no está certificado. Es un proceso que se va construyendo de acuerdo a las motivaciones, intereses, por eso es tan difícil evaluar.

La feria “Perú con Ciencia” es un ejemplo de actividad educación científica no formal.

¿Qué instrumentos se usan para medir la educación informal?

Un instrumento es la entrevista, pero no todas las personas están abiertas a este tipo de análisis. Lo más práctico son los cuestionarios, pero sigue siendo un reto para los que investigamos este campo.

¿Qué estrategias usa para comunicar conceptos complejos científicos a públicos no científicos?

Para escolares, las estrategias que se usan para la enseñanza de las ciencias básicas es usar la historia de la ciencia como un aliado, pero sin caer solamente en eso porque los chicos se aburren.  Se debe hacer una ciencia cercana, visitar lugares de interés, acercar la ciencia a su vida cotidiana, a sus problemáticas. 

En el caso de la divulgación, un requisito indispensable es conocer a los públicos. Existen propuestas que también se utilizan en la enseñanza formal de las ciencias que nos dicen qué tipos de públicos hay, qué preferencias tienen, cómo incentivar en ellos una cultura científica. Muchas veces el público tiene mitos y da explicaciones ingenuas a los fenómenos científicos, entonces se debe trabajar en esas ideas. Por ejemplo en temas de salud, la resistencia bacteriana es un tema a trabajar, ya que las personas muchas veces usan un antibiótico y a las dos tomas se sienten bien y lo suspenden. Hay mucha pseudociencia que hay que combatir. Al mismo tiempo, tomar responsabilidad sobre lo que se divulga y la manera en que se hace para no confundir al público.

¿Cuáles son los desafíos que detecta en el área de la comunicación pública de la ciencia, especialmente en las exhibiciones museográficas?

Uno de ellos es la formación básica. Adicionalmente, la realidad virtual que un principio fue muy novedoso, pero ahora tenemos competencia con las nuevas tecnologías. Los visitantes conocen esos medios y ya no se sorprenden. Entonces se debe crear cosas nuevas. Conocer al público y el uso de tecnologías, son los grandes desafíos. 

¿Cómo abordar la divulgación científica en países como Perú, donde recién se empieza en las áreas de ciencia y tecnología? 

Cada sociedad tiene su circunstancia respecto a la divulgación. Es diferente la divulgación que tú puedes hacer, si desde el punto de partida tienes una buena educación básica. El problema es cuando tienes una educación deficiente, tu labor de divulgación se complejiza. Por ejemplo, en Europa es mucho más fácil porque, en general, son países que tienen buena formación científica, no necesitas profundizar en lo primario. Mi recomendación para las personas que deseen involucrarse en esta área es que no caigan en un divulgación vacía, simplemente dar datos o información. La idea de la divulgación es que pueda mejorar la vida de la gente, por esa razón se realiza mucha divulgación en temas de salud o temas de tecnología.

Lamentablemente se ha tergiversado la divulgación científica, por ejemplo, muchas compañías la usan como negocio para hacer experimentos en fiestas infantiles y eso no es divulgación científica. Además, en las nuevas generaciones de divulgadores se ve un rechazo por la parte escrita. Informar lo sucedáneo no es divulgación, y más ahora que nos enfrentamos a los medios, donde con tu teléfono puedes rápidamente encontrar esos datos. Toda divulgación de buena calidad debe estar basada en un lenguaje sólido, con argumentos claros y bien estructurados, que adicionalmente motiven el interés y el acercamiento hacia la ciencia. 

Otra problemática es tener un país científicamente culto. La gente tendría que disfrutar leer algo de ciencia, buscar programas de ciencias; sin embargo nuestros países prefieren ver deportes y hacer otro tipo de actividades.